viernes, 2 de marzo de 2012



El Salvador  el más pequeño y densamente poblado de América Latina tiene en el exterior la cuarta parte de sus habitantes como ejercito de trabajadores, que remesan anualmente para la familia salvadoreña más de 3,500,000,000 de dólares.    

Llamado poéticamente el pulgarcito de América se nos acusa de ser el país más violento del mundo y el más deforestado de América Latina. Somos un país con señalamientos especiales, para nosotros los salvadoreños, es el único país que nos pertenece, porque aquí nacimos.   

Las condiciones en las que la clase dominante y las disposiciones imperiales de Washington nos hacen vivir, son para que la gran mayoría deseemos emigrar.  Tan especiales somos que el profeta moderno del Mundo Cristiano Católico es salvadoreño: Monseñor Oscar Arnulfo Romero.     

Se nos reconoce como el país pequeño, superpoblado, deforestado, que fue capaz de mantener una guerra de guerrillas por más de doce años sin ser vencido por el poder gringo  que apoyaba ejército y gobierno diplomática, económica, política  y militarmente. 

Numerosos son los sucesos nacionales que llaman la atención internacional: masacres en un solo caserío que superan el millar de muertos.

Te hacemos llegar este llamado como intelectual y profesional del futuro salvadoreño, para tomar conciencia de la historia llena de genocidios que desde la colonia hemos sufrido.   

Partir de la masacre del año 1932 en la que más de 30,000 nativos MAYA/NAHUAT fueron asesinados con el pretexto de ser comunistas, pero con la clara intención de robarles la tierra para sembrar café, caña de azúcar, algodón y cocos; porque así lo exigía el comercio capitalista internacional: se asesino la cultura, idioma, y la sabiduría ancestral, se continúo con una serie de golpes de estado (MILITARISMO TOTAL), hasta llegar a las administraciones oligarcas ARENERAS de los últimos 20 años, pasando por la muerte de más de 100,000 civiles en 12 años de insurrección armada.   

Doce años de cadáveres regados día por día, uno por uno, dos por dos, cinco por cinco… comunidades arrasadas parecido a lo que hoy sufrimos  en el país. 
  
Apenas terminamos el mes de enero y la violencia del sistema se impone provocativamente ante la voluntad popular, imponiendo militares al frente de organismos creados por los Acuerdos de Paz  “EL HABITO no hace el monje”.   

Porque el pensamiento, formación y modo de vida no está solo en el uniforme, sino en la práctica que han tenido en el modo de vida. Los impuestos son militares militaristas formados en la escuela de tortura y contrainsurgencia llamada ESCUELA DE LAS AMERICAS, tanto la P.N.C. como Ministerio de  Seguridad Pública  son de relación directa con la población  hoy  dirigidos por dos oficiales que tuvieron participación directa en la guerra de doce años (él que en la miel anda, algo se le pega).  

Sumándole  el Ministerio de Defensa con una Estructura de FAES, que no fue tocado por los Acuerdos de Paz, tenemos tres instrumentos siempre usados para REPRIMIR (el crimen) se pone en riesgo las posibilidades creadas para una sociedad que tenga CIVILIDAD.

Siglo XX 1932 Masacre de Izalco Nahuizalco – Sonsonate  la más grave en toda América Latina con 30,000 asesinatos.  

 Siglo XX más de 100,000 muertos en 12 años.  Desde el asesinato de 1980 Monseñor Romero hasta 1993 cantidad no superada en ningún país de Latinoamérica.  

Siglo XX El primer Gobierno elegido por el pueblo guiado por el FMLN.  El Presidente esconde y no cumple el Plan de Gobierno, por el que fue elegido y hoy incumple El Espíritu y la Letra de los Acuerdos de Paz.  Militariza los instrumentos de seguridad ciudadana.  

Siglo XX Los salvadoreños somos concientes  que la inseguridad ciudadana, la delincuencia que vivimos es fruto de la violenta e injusta estructura social,  de los violentos órganos del Estado.  La policía  y soldados en la calle no crearan empleos, ni mejoran salarios, ni mejoraran el costo de vida. 

LA DELINCUENCIA que azota el país, solo se solucionaría cambiando la injusticia social, política y económica  mantenida por familias que desde tiempos coloniales y posterior a la llamada Independencia, se apoderaron de la riqueza nacional e impusieron leyes y relaciones sociales injustas que nos han llevado a la situación actual.

El conocimiento dá poder, conozcamos que sucede en nuestro país
y tendremos poder para cambiarlo.

SERCOBA

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