viernes, 2 de marzo de 2012

Biografía del Padre Rutilio Grande


Grande nació en El Paisnal, El Salvador, donde en su juventud fue llevado al seminario por el Arzobispo Luis Chávez y González. Estudió en el seminario de San José de la Montaña, en donde comenzó en 1967 su amistad con Romero, otro estudiante del seminario. Mantuvieron esta amistad a través de los años, y en junio de 1970 Grande sirvió como maestro de ceremonias en la instalación de Romero como obispo auxiliar de San Salvador.   

También pasó un tiempo de estudios en Bilbao, donde se alojó en casa de la familia Gerrikagoitia. Ellos le recuerdan todavía con cariño, y como "un hombre discreto, que hablaba muy bajito, y guapísimo·”


Fue profesor y prefecto de estudios en el seminario San José de la Montaña.  Fue maestro de varios sacerdotes asesinados.  Su amor a trabajar pastoralmente con campesinos lo llevo a pedir ser párroco de la zona de Aguilares.


El 24 de septiembre de 1972, llegó a Aguilares, la misma parroquia en que él había nacido. Allí fue uno de los jesuitas responsables de establecer las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y de entrenar a los líderes, llamados Delegados de la Palabra.   

Este movimiento de organización campesina encontró oposición entre los terratenientes, que lo veían como una amenaza a su poder, y también entre sacerdotes conservadores quienes temían que la iglesia católica llegara a ser controlada por fuerzas políticas izquierdistas.


Grande también desafío al gobierno por su respuesta a acciones que le parecieron destinadas para perseguir a los sacerdotes salvadoreños hasta silenciarlos. El sacerdote colombiano Mario Bernal Londoño, que servía en El Salvador, había sido secuestrado el 28 de enero de 1977 frente al templo Apopa cerca de San Salvador — supuestamente por guerrillas — junto con un miembro de la parroquia, quien salió salvo. Posteriormente el padre Bernal fue expulsado del país por el gobierno. El 13 de febrero de 1977, Grande predicó un sermón que llegó a ser llamado su "sermón de Apopa", denunciando la expulsión del padre Bernal por el gobierno (denuncia que la OEA indicó puede haber provocado el asesinato del padre Grande):


Queridos hermanos y amigos, me doy perfecta cuenta que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán cruzar las fronteras. Sólo nos llegarán las cubiertas, ya que todas las páginas son subversivas—contra el pecado, se entiende. De manera que si Jesús cruza la frontera cerca de Chalatenango, no lo dejarán entrar. Le acusarían al Hombre-Dios... de agitador, de forastero judío, que confunde al pueblo con ideas exóticas y foráneas, ideas contra la democracia, esto es, contra las minorías. Ideas contra Dios, porque es un clan de Caínes. Hermanos, no hay duda que lo volverían a crucificar. Y lo han proclamado.

El 12 de marzo, 1977, el padre Grande — acompañado por Manuel Solorzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16 — manejaba por unos campos de caña de azúcar cerca del pueblo de El Paisnal en la parroquia de Aguilares para la misa vespertina, cuándo los tres quedaron emboscados y murieron ametrallados.


Al saber de los asesinatos, Monseñor Romero fue al templo donde reposaban los tres cuerpos y celebró la misa. Después, Romero pasó varias horas escuchando a los campesinos locales, conociendo sus historias personales de sufrimiento, y horas también en oración. En la mañana del día siguiente, después de reunirse con los sacerdotes y consejeros, monseñor anunció que no asistiría ya a ninguna ocasión gubernamental ni a ninguna junta con el presidente — siendo ambas actividades tradicionales del puesto — hasta que la muerte se investigara. (Ya que nunca se condujo ninguna investigación nacional, resultó que Romero no asistió a ninguna ceremonia de estado, en absoluto, durante sus tres años como arzobispo).

El domingo siguiente, para protestar por los asesinatos de Grande y sus compañeros, el recién instalado Monseñor Romero canceló las misas en toda la arquidiócesis, para sustituirlas por una sola misa en la catedral de San Salvador. Oficiales de la iglesia criticaron la decisión, pero más de 150 sacerdotes concelebraron la misa y más de 100.000 personas acudieron a la catedral para escuchar el discurso de Romero, quien pidió el fin de la violencia.


La Comunidad Rutilio Grande se fundó el 15 de marzo, 1991, por un grupo de ex-refugiados salvadoreños recién regresados de 11 años de exilio en Nicaragua. Entre los proyectos diversos del grupo es "Radio Rutilio," una radioemisora que destaca jóvenes locales como presentadores de noticias y anuncios comunitarios.

La vida y muerte del Padre Rutilio Grande es un ejemplo a seguir.  La figura del Padre Rutilio Grande es el símbolo de las luchas campesinas y la de los pobres de este país.  El estudiar su biografía (historia de su vida), es para conocer la historia y obra de los que dan su vida por el pueblo.

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