Los sucesos del
país cada vez nos vienen encima como emboscadas que todos sufrimos. Resuelta por todo eso que las grandes
mayorías populares, por la desinformación planificada se muestran indiferentes
a un los sectores estudiantiles, sindicales y otros grupos que por naturaleza
son referentes del pueblo.
Acaban de pasar las elecciones (Alcaldes y
diputados), los medios de divulgación levantan el fuego propagandístico y son
los que amañadamente cambian el calor a otros rumbos, siempre echándole leña al
fuego.
Los elegidos olvidan lo mandatado
por los votantes: El pueblo elige y los electos eligen funcionarios a su medida
de modo que nadie entiende.
Cada vez se
muestran alejados de la esperanza nacional. Se denota por las explicaciones que expresan, poca relación con los
intereses populares; producen más confusión que comprensión.
El primero de
mayo día del trabajador (no del
trabajo) se celebra todos los años,
nada cambió ni cambiará y se mostró la urgente necesidad de unidad en la lucha
y defensa de los intereses de los asalariados.
Tomemos, en el
marco de la desinformación, que se desconocen todos las consecuencias del
cambio climático, la gran mayoría ni siquiera sabemos que es el cambio
climático.
La amenaza es grave. Los medios propagandísticos nos conducen más
al consumismo que a la prevención; aun más, en nombre del riesgo sin
explicación se aumenta la deuda externa: préstamos y más préstamos, en nombre
de un desarrollo que no lleva progreso a la población.
Dineros que se ocuparan para proyectos
antiecológicos (de muerte) represas, basureros, antenas electrónicas en
parques, carreteras, minería.
Llamémonos
la atención, el caso de los paquetes agrícolas a veces con semillas
transgénicas e insuficientes para las exigencias alimentarias campesinas; ocasión
que aprovecha el comercio agrícola para aumentar los costos de implementos e
insumos.
Todo redunda en altos precios
finales de la producción agrícola; especialmente con la especulación de granos
básicos importados.
No hay control
de pesticidas: herbicidas, fungicidas e insecticidas, venenos prohibidos en los
mismos países donde se producen, y que aquí son permitidos aunque se afecte la
salud del trabajador: deficiencias renales y muertes prematuras.
De esa manera se ha destruido toda la
polinización que permite la producción alimentaria y es el caso especial de la
destrucción de abejas e insectos que colaboran en la floración y fructificación.
Son muchos los aspectos diarios que
deberíamos tomar en cuenta para no sucumbir (ya tenemos décadas de desventajas)
a las campañas de desinformación que deforman a conveniencia la opinión pública:
destrucción de manglares, agotamiento y contaminación de los ríos, agricultura
transgénica para producir combustible no comida y otros temas ocultados
sistemáticamente.
En el país
durante la guerra de liberación (que los medios le llaman conflicto armando, para
deformar el concepto) cada día, mes a mes, año tras año se realizaron matanzas indiscriminadas;
sistemáticamente ocultadas, como el caso ejemplar del Mozote (1,000 pobladores)
y la del Sumpul (800): Aboliendo la memoria se destruye la
conciencia.
Durante los 500 años de colonización, las
masacres cometidas contra los salvadoreños, con sutil maña, invisibilizadas, se ha infundido la conformidad del
sufrimiento. Imponiendo no solo el olvido sino el perdón al verdugo.
Programa de conmemoración:
El lunes
14 de mayo se cumplen 32 años de la barbarie en Las Aradas en la rivera del
Sumpul, cantón Yurique, municipio de Ojos de Agua (norte de Chalatenango).
Sábado
12 de mayo habrá vigilia en el poblado de Las Vueltas. Domingo 13, vigilia en el sitio de la
masacre: Las Aradas a orillas del Sumpul.
Lunes 14 concentración
multitudinaria con misa y testimonio de sobrevivientes.
Pueblo que olvida es pueblo huérfano de sus mártires.
Procuremos
asistir.
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