El debilitamiento hecho a propósito
al Estado hondureño por las mafias internacionales que hacen con él negocios
turbios, incluyendo el golpe militar de junio 2009 y las continuas operaciones
del narcotráfico, obedece a una estrategia de política exterior estadounidense. Tomar
control político y militar de Honduras en las condiciones posteriores al
rompimiento institucional es, para el Pentágono y la CIA, como pegarle a un
bolo. En ese guión, a veces silencioso y a veces vulgar Estados Unidos va
imponiendo hegemonía, que equivale a control y dominación.
Antes de esas
operaciones militares en zonas clave de depósitos naturales de petróleo, fauna
silvestre y maderas preciosas, Estados Unidos a través de su embajador formó el
gabinete de gobierno de Lobo con peones que no ha descompuesto hasta la fecha.
Aprobaron el poder ejecutivo
controlado por la embajada estadounidense incluye militares en posiciones
estratégicas, es decir, en comunicaciones, telecomunicaciones, energía,
aeronáutica, migración, puertos y aeropuertos. Incluye, además, secretarías
clave como la de recursos naturales y ambiente, desarrollo agrícola y minería,
donde están protegidos los millonarios intereses de las transnacionales de ese
país.
Se trata de fortalecer con logística
y dinero los cuerpos represivos oficiales y los no oficiales o clandestinos
adscritos, para enfrentar el desequilibrio social y político que amenaza los
intereses de Estados Unidos en el país. Extraordinaria la protesta de
pueblos negros e indígenas, junto al movimiento campesino del Aguán y comuneros
de Zacate Grande, junto a juventudes, mujeres y organizaciones de derechos
humanos como el COFADEH contra la base de Palmerola. Se sabe: dicen los
manifestantes que los militares están aquí para impedir el ejercicio de la
soberanía popular, ejercer control sobre el petróleo hondureño y robarse otros
recursos naturales del mar y los macizos montañosos del centro norte del país.
Nosotros los pueblos estamos aquí para impedírselos con dignidad y
valentía, estamos aquí para decirles que se vayan, que no los queremos.
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