miércoles, 4 de abril de 2012

La Re-Militarización de Honduras


El debilitamiento hecho a propósito al Estado hondureño por las mafias internacionales que hacen con él negocios turbios, incluyendo el golpe militar de junio 2009 y las continuas operaciones del narcotráfico, obedece a una estrategia de política exterior estadounidense. Tomar control político y militar de Honduras en las condiciones posteriores al rompimiento institucional es, para el Pentágono y la CIA, como pegarle a un bolo. En ese guión, a veces silencioso y a veces vulgar Estados Unidos va imponiendo hegemonía, que equivale a control y dominación. 

El primer decreto ejecutivo que firmó Porfirio Lobo al asumir la continuidad del golpe en enero de 2010 fue para autorizar la construcción, operación y permanencia de la base militar de Estados Unidos en Caratasca, en La Mosquitia.  Con el pretexto de combatir el narcotráfico iniciarían, además, otra base en la isla de Guanaja, para completar tres con la fortificación de las barracas permanentes en Palmerola, Comayagua. 

Antes de esas operaciones militares en zonas clave de depósitos naturales de petróleo, fauna silvestre y maderas preciosas, Estados Unidos a través de su embajador formó el gabinete de gobierno de Lobo con peones que no ha descompuesto hasta la fecha.

Aprobaron el poder ejecutivo controlado por la embajada estadounidense incluye militares en posiciones estratégicas, es decir, en comunicaciones, telecomunicaciones, energía, aeronáutica, migración, puertos y aeropuertos. Incluye, además, secretarías clave como la de recursos naturales y ambiente, desarrollo agrícola y minería, donde están protegidos los millonarios intereses de las transnacionales de ese país. 

Se trata de fortalecer con logística y dinero los cuerpos represivos oficiales y los no oficiales o clandestinos adscritos, para enfrentar el desequilibrio social y político que amenaza los intereses de Estados Unidos en el país. Extraordinaria la protesta de pueblos negros e indígenas, junto al movimiento campesino del Aguán y comuneros de Zacate Grande, junto a juventudes, mujeres y organizaciones de derechos humanos como el COFADEH contra la base de Palmerola. Se sabe: dicen los manifestantes que los militares están aquí para impedir el ejercicio de la soberanía popular, ejercer control sobre el petróleo hondureño y robarse otros recursos naturales del mar y los macizos montañosos del centro norte del país. 

Nosotros los pueblos estamos aquí para impedírselos con dignidad y valentía, estamos aquí para decirles que se vayan, que no los queremos. 

















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