La palabra ética viene del griego ETHOS y designa la morada humana
entendida existencialmente como el conjunto de las relaciones entre el medio
físico y la persona que habita en la morada (casa). Es un modo de ser de las personas y de las
cosas.
La ética, como morada humana, no es
algo acabado y construido de una sola vez.
Ética significa por tanto, todo
aquello que ayuda a mejorar el ambiente para conseguir una morada saludable:
materialmente sostenible, psicológicamente integrada y espiritualmente fecunda.
La ética entonces abarca todas las
dimensiones del ser humano: lo físico, lo intelectual, lo social, lo económico,
lo político, lo técnico, lo sexual, lo ecológico, lo afectivo, lo espiritual.
La ética es liberadora por naturaleza,
porque busca la felicidad y el bien de todos/as.
La felicidad no puede confundirse con
el placer, con el sentirse a gusto.
Moral del latín mos – mores, indica
las costumbres y las tradiciones.
En la morada (casa), los moradores
tienen costumbres, modo de relacionarse, tensos y competitivos o armoniosos y
cooperativos. Esto lo llamamos moral y
postura moral de una persona.
Sucede que esas costumbres (moral)
forman el carácter (ética) de las personas.
1. Hay que ver las relaciones
familiares. 2. Para establecer el carácter de las personas.
Estas personas serán éticas (tendrán
principios y valores) si han tenido una buena moral (relaciones armoniosos e
inclusivas) en la casa.
Por su naturaleza la moral es siempre
plural. Existen muchas morales,
tantas cuantas culturas.
Dentro de una misma cultura existen
morales de grupo: la moral del empresario, que busca el lucro y la moral del
obrero, que busca aumento de salario, son diferentes. Aquí se trata de moral de clase. Existen las morales de las diferentes
profesiones: la de los médicos, la de los abogados, la de los comerciantes, la
de los banqueros, la de los curas, la de los taxistas, entre otras.
Todas estas morales deben estar al
servicio de la ética. Deben ayudar a
hacer habitable la morada humana, la sociedad entera y la casa común la Madre
Tierra.
¿De qué forma se articula entonces la
ética y la moral?
Con palabra sencilla podríamos decir
que la ética asume la moral de valores vigentes, para cada ser humano en la
realización de su vida, para que no se quede en la nube.
Pero la ética introduce algo
necesario: el adaptamiento (enraizamiento). La ética está atenta a los cambios
históricos, a las mentalidades y a las sensibilidades cambiantes, a los nuevos
retos, derivados de las transformaciones sociales. Impone exigencias a fin de hacer la morada
(casa) humana más honesta y saludable sin esta apertura a los cambios, la moral
entonces se fosiliza y se transforma en moralismo.
La ética impide que la moral se cierre
sobre sí misma la obliga a una constante renovación para garantizar la
habitabilidad y sustentabilidad de la morada humana: personal, social y
planetaria.
Entonces:
Moral: Conjunto de actos, repetidos, tradicionales, consagrados.
Ética: Dá
cuerpo a un conjunto de actitudes que van más allá de esos actos. El acto es siempre concreto y cerrado en sí
mismo.
La actitud está siempre abierta a la
vida con sus incontables posibilidades.
La ética nos dá osadía para asumir con
responsabilidad nuevas posturas, para proyectar nuevos valores, no por moda
sino como servicio a la habitación (casa) humana.
No basta con ser solamente morales,
apegados a valores de la tradición. Eso
nos hace moralistas y tradicionalistas.
Debemos ser éticos, abiertos a valores
que superan los del sistema tradicional o los de una determinada cultura.
La persona ética debe estar abierta a
valores que interesan a todos los seres humanos:
a)
La preservación de
nuestra Madre Tierra.
b) Respeto a la dignidad del cuerpo.
c) De defensa de la vida en todas sus formas
d) De amor a la verdad
e)
De compasión con
los que sufren y con los indefensos.
Valores de combate a la corrupción, a la
violencia y a la guerra.
Valores que nos hacen sensibles a lo
nuevo que surge, con responsabilidad, seriedad y sentido de actualidad.
La ética invita a transformar la casa
para volverla nuevamente cálida y útil como habitación humana.
Por esta actitud ética los actos
morales acompañan la dinámica de la vida.
La ética se basa en la relación de
armonía de hombres y mujeres consigo
mismo, con los demás y con Dios. La
ética se preocupa fundamentalmente que las personas sean justas, libres y
felices.
Este es el sentido último de toda
lucha social y política.
Preguntémonos:
¿Cuál es la ética y la moral vigente hoy?
Ética
del Capitalismo:
Su ética dice: bueno es lo que permite
acumular más con menos inversiones y en el menor tiempo posible.
Moral
del Capitalismo:
Su moral concreta: emplear la menor
cantidad de gente posible, pagar menos salarios e impuestos y explotar mejor la
naturaleza
Ética
del socialismo:
Conjunto de principios y valores que
orientan y estimulan en el individuo la sensibilidad y la conciencia social,
comportamientos que lo ayuden y lo guíen en su vida diaria hacia una plena
realización personal en función de y en armonía con el logro pleno de los
ideales colectivos del socialismo. Es un
comportamiento esencial de la acción política.
Categorías
morales de la ética social:
1.
Deber
2.
Honor y dignidad
3.
Conciencia
4.
Felicidad
1.
DEBER Como convicción interior, consciente y profunda.
No se trata de una formalidad una
simple obligación o una orden cualquiera.
Es la activa y voluntaria realización de los deberes asumidos por los
individuos derivados de las tareas concretas de la lucha por la sociedad nueva
y una nueva humanidad. Une los intereses personales y sociales en el proceso de
construcción del modo de vida socialista; sin excluir obviamente las
contradicciones naturales en situaciones determinadas y en las personas
concretas, entre el deber y el deseo personal.
2.
Honor y Dignidad.
Son inseparables el uno del otro y del
sistema de las relaciones sociales concretas e históricas en las que las
personas hacen parte. No son únicamente el resultado de un acto individual de
un auto conocimiento. Se forman en el proceso de la práctica social y moral de
los hombres y de las mujeres, de los grupos sociales y de las clases y su
contenido lo define en última instancia, el régimen económico, social y
cultural de cualquier sociedad.
En el socialismo, el honor y la
dignidad humana ya no están condicionados por la procedencia y el origen de
clase, ni por las vinculaciones sociales y el dinero, sino por el trabajo
realizado por el bienestar de la sociedad. En el socialismo, merece el aprecio
social, el mayor reconocimiento y el respeto, quien con su trabajo engrandece
la patria, quien palpita creadoramente con el pueblo.
3.
Sobre la Conciencia:
La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente
con el pasado. Esto se hace sentir no solo en la conciencia individual en la
que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al
aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período
de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es
la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se
harán sentir en la organización de la producción y, por ende en la conciencia.
Ernesto Che Guevara
El socialismo y el hombre en Cuba
4.
Sobre la Felicidad.
La felicidad
es uno de los bienes más ansiado por el ser humano.
La felicidad
objetiva es el modo de ser en el mundo de un sujeto que se reconoce
amorosamente reconocido y que habita en el orbe de la dignidad cumplida. José Antonio Marina
“La
felicidad va unida a un incremento de la vitalidad, de la inmensidad, de la
sensibilidad y el pensamiento y de la productividad”. Eric Fromm
La felicidad es una de las
categorías más importante de la ética.
La
ética es el camino para la creación de hombres y mujeres constructores de una
nueva sociedad. La ética conduce a la
liberación individual y colectiva.
Nos
dá el derecho y la obligación de emitir juicios frente a la realidad.
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