“Ni desarrollo, ni progreso con Represas:
destruyen la ecología y la vida.
… “Solo el pueblo salva al pueblo”, no es una simple frase. A medida que pasa el tiempo, se comprueba que
para lograr cambios reales se requiere compromiso popular desde la realidad
política social. El pueblo espera los
cambios prometidos: es el caso de represas y la producción de
electricidad.
La maldad de los gobiernos
de ARENA privilegió a los capitales nacionales y transnacionales, entregándoles
el comercio exterior, fortalecido por el TLC; no se cumple lo prometido, se
sigue haciendo lo mismo a esto se le llama continuismo. Con esa actitud el pueblo se sigue hundiendo
en la miseria y la domesticación. En el
tema energético preocupa el cambio climático.
La ciencia comprueba que los desastres naturales en el futuro serán más
fuertes que los que hemos vivido. A
pesar de esto los países industrializados, y EE.UU., no adquirieron compromiso
con el tratado de Kioto y Cophenague, para la reducción de Emisiones de Bióxido
de Carbono(Co2); a diferencia de tres países de Sur de América, que
firmaron los tratados, e hicieron propuestas efectivas, para la
reducción de emisión de gases y salvar al planeta.
¿Qué aportamos los salvadoreños en esta problemática? Elegimos un gobierno de cambio que resultó
igual a los anteriores e indiferente a las verdaderas necesidades que fueron
las mismas por los que murieron tantos compañeros durante la guerra.
Los gobiernos anteriores y
el actual conocen la necesidad de defender la ecología: el clamor y lucha del
pueblo en contra la construcción de los 18 proyectos de represas
hidroeléctricas. Por el momento los
casos más emblemáticos son: El Chaparral
y El Cimarrón.
La población desconoce que
las represas producen el 4% del calentamiento global: la lucha es justa – solidaria y urgente. El pueblo luchó valientemente y entregó la
vida, por lo que le corresponde. Los desplazados por las 5 represas ya
construidas fueron víctimas de
amenazas y engaño con las promesas hechas por la CEL hace 50 años, lo que nunca cumplió. Hoy se repite la historia en El Chaparral,
las mismas promesas y amenazas, ilegalidad y corrupción en el proceso de
construcción. La CEL no pagará los ríos y
cobrará más cara la electricidad, no pagará
las tierras, ni la comida que cultivan los campesinos en las tierras que
serán inundadas; al contrario la comida será más costosa, por la escasez de
tierra para cosechar alimentos, habrá más emigración, súper población por menos
espacio, perdida de la cultura; aspectos que producirá más hambre y más
delincuencia, afectando la calidad de vida de todos nosotros.
El actual gobierno debe
asumir compromisos efectivos a favor de la vida con visión al futuro, poniendo
en práctica las alternativas de generación eléctrica propuesta por la población
amenazada, defendidas por el pueblo
y expertos en el tema. Iniciando con el ahorro de electricidad con
focos ahorradores. Como
pueblo no aceptar el continuismo de malas políticas del gobierno, tomar
conciencia del compromiso y del daño que hacemos al ser indiferentes ante las
causas y luchas del cambio climático, y del sufrimiento de nosotros y nuestros
hijos y las futuras generaciones.
Este es un llamado a
solidarizarnos con la gente directamente amenazada y con “VOS”
mismo. Organízate, lucha como pueblo,
participando directamente y tomando compromisos. Obligando al Gobierno de El Salvador a trabajar en políticas de sustentabilidad
ambiental y reducción de la pobreza, dando más educación e información. Debe haber cosas nuevas, no solo cosas buenas. La lucha se debe hacer organizada, conciente
y unida desde todos los sectores y niveles.
“Solo la lucha cambia la vida”
y
“La lucha continua”
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